Hola nuestros queridísimos Corredores y Corredoras, después de esta extraña Navidad y de que os hayáis comido los «Polvorones Navideños» (guiño, guiño) venimos a hablaros de algo mucho más ardiente, un tema que para muchas personas se sigue considerando tabú, así que abre tu mente y ponte bien tus alas porque vamos a volar.
Seguro que todos habéis visto, oído, leído o incluso soñado con la famosísima película 50 Sombras de Grey, donde el bondage, la dominación, la disciplina y el sadomasoquismo eran los protagonistas
principales.
¿Y si te digo que el simple hecho de que te inmovilicen las manos, las caderas o el cuello ya se considera una práctica Bondage? Tranquilxs os lo vamos a explicar todo 😉
El Bondage es una práctica sexual y erótica basada en la inmovilización del cuerpo de otra persona.
En el BDSM, habrá dos roles dentro de la pareja, en el que ambos tenéis que descubrir con que rol os sentís más cómodos e identificados, la persona dominate y la persona sumisa, de ambas formas y siempre que el juego esté consensuado y no pase los límites que previamente debéis establecer,
sentiréis placer y el juego será seguro si ambos sujetos están previamente concienciados y conscientes.
No debemos olvidar que es un juego de pareja en el que ambas partes tienen que disfrutar y divertirse, por eso si eres una persona sumisa no significa que seas masoquista, así como si eres una persona
dominate, esto no te cataloga como alguien sádico. Simplemente abrid vuestra imaginación y jugad.
El sadismo o masoquismo se basa en sentir placer mediante el dolor, y no, no estamos locos en Correveydildo, os explico porqué, ¿alguna vez te ha gustado que te azoten el trasero?, ¿que te muerdan los pezones? ¿que te mordisqueen el cuello? Con todos estos ejemplos puedes sentir cierto dolor
placentero que hace que te pongas a mil. Pues en eso se basa esta práctica, no es sentir dolor como si fuese una penitencia, es buscar el placer en ese azote o en ese mordisco.
Algo muy interesante dentro del BDSM, es imponer castigos, por ejemplo: La persona dominante comienza a besar a la persona sumisa y como imposición le dice que esta no pude devolver el beso, sino quedarse inmóvil. Si no obedece, el castigo será un azote. Con esta imposición la persona sumisa deseará besar a su pareja y la excitación subirá por las nubes mientras la otra persona ejerce su poder.
Esperamos que esta iniciación os sirva para explorar más matices en el sexo y sepáis encontrar vuestros limites y seguridad dentro de esta práctica. Si queréis introducir juguetes o herramientas para que todo sea más placentero, aquí en Correveydildo encontraréis todo lo que deseáis.
Ahora es vuestro turno ¿os atrevéis a probar?.
Publicado por
Carmen Mar Osuna Montemayor
@carmenmarosuna